EDL LEADER 2014-2022

Mojácar ha experimentado un gran cambio desde la década de los sesenta, basado en el desarrollo del sector turístico, que ha pasado a ser la principal ocupación de sus habitantes. Aunque esta es la visión más conocida del municipio, conserva paisajes rurales y naturales de gran valor cultural, destacando sus playas vírgenes de origen volcánico, las cortijadas de Sierra Cabrera y la zona conocida como Las Huertas.

El pueblo de Mojácar, repleto de reminiscencias musulmanas, se sitúa sobre un alto promontorio, formando un balcón natural a la costa del Levante Almeriense.

• Población: 4.291 hab.
• EXTENSIÓN: 74,36 km2
• DENSIDAD: 57,70 hab/km2
• PEDANÍAS: Sopalmo, Agua de Enmedio, Mícar, Las Alcantarillas, La Alparata
• GENTILICIO: Mojaqueros y mojaqueras

Torre de época nazarí construida en el siglo XIII, se sitúa sobre un acantilado que se adentra en el mar. Formaba parte del complejo entramado de fortificaciones y torres-vigías musulmanas existentes en la costa y que a su vez comunicaban con las del interior. La torre se construyó directamente sobre la propia roca con una planta circular y volumen troncocónico. Construida en mampostería, con un primer cuerpo macizo de piedra y un segundo cuerpo en el que se sitúa una habitación. En su parte superior se observa una ventana o vano que servía para acceder a la cámara interior mediante escalera de mano; en su base existe otro que permite atravesar la torre y la conecta con el espolón hacia el mar.

La estructura urbana de Mojácar es uno de sus atractivos principales. Sus calles estrechas, irregulares y empinadas, albergan un blanco caserío que cuelga, literalmente, de las paredes rocosas, formando un conjunto de gran belleza. Aún podemos contemplar la Antigua puerta de la Ciudad, de 1574, con su arco de medio punto sobre el que se sitúa el escudo de Mojácar, otorgado por los Reyes Católicos. Unos pasos más abajo, se localiza la Casa del Torreón, antiguo aposento donde se cobraba el impuesto de aduana para poder entrar en la ciudad y cuyo aspecto actual data del siglo XVIII.

La leyenda que se recoge en la lápida que preside este conjunto, sitúa en la Fuente el escenario de las capitulaciones de los moros de Mojácar a los Reyes Católicos en 1488. Construida en época árabe, y remodelada en los años 80. aún hoy mantiene sus 12 caños tan característicos. Fuente y lavaderos forman parte de un complejo que se completa con una balsa que almacena el agua para el riego de la Huerta de Mojácar, cuyo sistema de turnos y horas viene de muy antiguo, destacando la figura del muñidor o encargado del control de los mismos. Hasta un pasado reciente existía al lado de la fuente un molino hidráulico, cuyos restos aún se pueden ver.

Emplazada sobre la mezquita árabe que fue reconvertida al culto cristiano tras la conquista castellana. Su aspecto actual data de 1560. Se trata de un edificio religioso de grandes dimensiones, cuya simplicidad externa, con aspecto de fortaleza, se debe a su función añadida de refugio de la población en caso de agresión. Esta construcción constituye uno de los escasos ejemplos de este tipo de arquitectura en la provincia. La construcción tiene planta rectangular con gruesos muros de mampostería a la que se le agregó una capilla, situada en uno de sus laterales; y en el otro, se le añadió una habitación utilizada como sacristía. Esta última, da acceso a la torre, conectada visualmente con las torres vigías de la costa. Su interior posee la estructura original de época musulmana, a la que se la han añadido esa serie de elementos propios del culto cristiano.

Situado en el emplazamiento del desaparecido Castillo que fue construido a principios del s. XVII al parecer sobre los restos de un castillo de época árabe. Este era el punto de inicio y final de las antiguas murallas de la Ciudad. Asomándonos al balcón rápidamente comprenderemos la posición estratégica de Mojácar para los distintos pueblos que la han habitado: desde donde se divisa el mar y parte del interior de la Comarca.

La Huerta de Mojácar mantiene gran parte del sabor rústico y rural del Municipio. Totalmente aterrazada para posibilitar el cultivo, principalmente de cítricos y hortalizas.

Sopalmo es una pequeña y apacible aldea del término municipal de Mojácar, situada junto a la rambla del mismo nombre. Desde aquí podemos iniciar varias excursiones a pie, tanto en dirección al mar, como en dirección a Sierra Cabrera, para visitar sus cortijadas, sus parajes naturales y maravillarnos con las vistas.

Parte de Sierra Cabrera pertenece al término municipal de Mojácar, que se vio beneficiado en 1838 con la anexión de la Sierra a Turre. Al desaparecer la amenaza pirata ya avanzado el siglo XVIII, se construyeron terrazas para el cultivo de las tierras situadas en las estribaciones de Sierra Cabrera cercanas a la costa. Comenzaron las plantaciones olivo, vid, algarrobos e higueras, formándose un paisaje que aún se puede contemplar. El resto del territorio, es paisaje natural, con la flora y fauna singular de estos parajes. El punto más alto de Sierra Cabrera en el territorio mojaquero es el pico de El Jalí. El caminante que llega hasta él, ve sus esfuerzos compensados por las magníficas vistas que desde aquí se divisan.

Llegando a Garrucha por la carretera que la une a Mojácar, encontramos a la izquierda unas construcciones que llamarán nuestra atención. Son los restos del esplendor minero que conmovió a la Comarca en el siglo XIX. Concretamente podemos contemplar, en la misma orilla de la carretera, los restos del terraplén de acceso al embarcadero metálico. Hasta este punto llegaba la vía de ferrocarril Bédar – Garrucha (1897-1923), para el embarque del mineral en los barcos. Un poco más allá, además de los restos de otras dependencias, sorprende a la vista el Palacio de la Marina, levantado por el Marqués de Chavarri -entonces propietario de las minas de Bédar. Construido en 1907, su estilo historicista idealizaba nuestro pasado hispanomusulmán incidiendo en los detalles de lujo y esplendor que reflejaran el poder de esta burguesía rica y refinada.

El término Municipal de Mojácar cuenta con 17 kilómetros de costa que albergan distintos tipos de playas: amplias y extensas o pequeñas calas, rocosas o de arena, concurridas y solitarias, estando, en muchas de ellas, permitida la práctica del naturismo: hay pues para todos los gustos. Empezando por la playa de Marina de la Torre, cerca de Garrucha y en dirección a Carboneras, encontramos La Rumina, El Descargador, Vista de los Ángeles, El Cantal, El Lance, Las Ventanicas, Cueva del Lobo, Macenas, Bordenares, El Sombrerico y La Granatilla.